El 24 de septiembre de 1893 fallecía el Guardia Civil Jaime Tous Siré a consecuencia de las heridas sufridas en el atentado que tuvo lugar durante la parada del desfile militar presidido por el General Arsenio Martínez Campos en la Gran Vía de Barcelona, con motivo de la celebración de la onomástica de S. A. la Princesa de Asturias, las “Fiestas de la Merced”, patrona de la ciudad condal.
En 1893 se iniciaba en España un ciclo terrorista que se extendió hasta el inicio del nuevo siglo, con atentados en varias ciudades españolas como Barcelona, Madrid, Valencia o Bilbao, que llegaron a causar más de 20 muertos y varias decenas de heridos.
Durante la parada del desfile, un terrorista arrojó dos artefactos explosivos sobre la tribuna presidencial que iba dirigido contra el General de Cataluña. Estos no lograron su objetivo, pues Martínez Campos sólo fue herido de una forma leve en el muslo de su pierna derecha. Entre las víctimas estaba el joven Guardia Civil, así como un civil pisoteado por los caballos espantados a causa de la deflagración.
El Guardia Civil Tous Siré se encontraba situado justo detrás de Martínez Campos, de modo que, en el instante de ser arrojadas las bombas, la montura del Guardia Civil hizo un movimiento extraño y expuso al jinete directamente frente a la explosión, siendo alcanzado por la metralla que le provocó gravísimas heridas en vientre, pecho y piernas. Falleció media hora después de ingresar en el hospital militar donde había sido trasladado.
El atentado fue perpetrado por Paulino Pallàs, un tipógrafo tarraconense de 31 años, casado y con tres hijos, que fue detenido en el mismo momento del atentado sin ofrecer resistencia alguna. Fue juzgado por un Consejo de Guerra a los cinco días de su acción, de la que nunca se arrepintió. El Consejo de guerra le declaró culpable, siendo ajusticiado el 6 de octubre de 1893.
El sepelio de Jaime Tous Siré, primer Guardia Civil asesinado en atentado terrorista, fue acompañado de una manifestación de duelo en toda la ciudad barcelonesa y contó con la asistencia de las autoridades de la capital catalana. De trato afable y carácter excelente, Jaime tenía 28 años, era natural de Palma de Mallorca y había sido corneta de artillería de plaza. El 1 de mayo de 1889 ingresó en la cuarta compañía del tercio tercero de la Guardia Civil. Empleaba los ratos que le dejaba libre el cumplimiento de su deber trabajando en su oficio de zapatero.