Desde Tribuna Benemérita, queremos manifestar nuestro firme apoyo a la actuación de la Guardia Civil en su misión de garantizar la seguridad de la Vuelta Ciclista a España incluido su paso por el País Vasco y Navarra.
La labor de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, y en particular de la Guardia Civil, es esencial para proteger a la sociedad, velar por el orden público y prevenir cualquier incidente que pueda poner en riesgo un evento de la magnitud de La Vuelta.
Recientemente, la Junta General de Erronkari ha denunciado lo que considera "amenazas" e "intimidaciones" por parte de la Guardia Civil, en relación con los controles y registros realizados en la zona. Sin embargo, es crucial contextualizar estas actuaciones.
Los controles preventivos, como los descritos, son procedimientos rutinarios y necesarios en eventos de gran envergadura, especialmente en áreas donde la seguridad puede requerir una atención especial. Lejos de ser intimidatorios, estos dispositivos tienen como único objetivo garantizar la seguridad de todos: participantes, asistentes y la propia población local.
Es importante destacar que, en esta edición de La Vuelta, se han registrado incidentes precisamente en Cataluña y el País Vasco, comunidades autonómicas donde la seguridad del evento no estaba a cargo de la Guardia Civil, sino de los cuerpos policiales autonómicos, como los Mossos d’Esquadra y la Ertzaintza, debido a las competencias transferidas en materia de seguridad.
Este hecho pone en perspectiva la relevancia de la labor coordinada y profesional de la Guardia Civil en aquellas zonas donde sí tiene atribuciones, demostrando su eficacia en la prevención de incidentes.
Los hechos relatados, como la identificación de un trabajador y otra persona en Roncal, forman parte de las atribuciones legales de la Guardia Civil. Identificar personas o registrar vehículos no implica una criminalización, sino un ejercicio de prevención frente a posibles riesgos. Cuestionar estas actuaciones sin fundamento sólido no solo deslegitima el trabajo de los agentes, sino que puede comprometer su capacidad para perseguir delitos o identificar a infractores. ¿Qué ocurriría si se limitara la capacidad de las Fuerzas de Seguridad para realizar su labor? La respuesta es clara: la seguridad de la sociedad estaría en riesgo.
Es comprensible que los controles puedan generar molestias puntuales, pero estos son un pequeño precio a pagar por la tranquilidad colectiva. Nadie que no tenga nada que ocultar debería sentirse amenazado por la presencia de los agentes, cuya actuación se rige por la proporcionalidad y el respeto a los derechos de los ciudadanos. Rechazamos cualquier intento de presentar estas medidas como un ataque a la población local o a la libertad de expresión, ya que no existe evidencia de que los hechos denunciados por la Junta de Erronkari constituyan un abuso de autoridad.
Instamos a la reflexión antes de emitir juicios que puedan menoscabar la imagen de una institución como la Guardia Civil, cuya dedicación al servicio público es incuestionable.
Solicitamos a las autoridades y a la propia la Junta General de Erronkari que, en lugar de alimentar controversias, trabajen en colaboración con los Cuerpos de Seguridad para garantizar que eventos como La Vuelta transcurran con normalidad.
La seguridad es un bien común que nos beneficia a todos, y la Guardia Civil merece nuestro respeto y apoyo en su labor de protegerlo.
Antonio Mancera Cárdenas
Director de Tribuna Benemérita