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EL HONOR.-Primera Divisa del Guardia Civil.-  Cualidad moral que obliga al hombre al más estricto cumplimiento de sus deberes consigo y con los demás.

                La medianoche del 4 al 5 de octubre de 1934, durante el segundo bienio de II República Española, Se declara la huelga general en Madrid y todo España este movimiento estuvo organizado por el PSOE y la UGT, con Largo Caballero e Indalecio Prieto como principales responsables,  a pesar de la alta participación a los ocho días siguientes, fracaso, y las tímidas tentativas de asalto de la Presidencia del Gobierno y de los otros centros de poder, después de dos horas de disparos, fueron dominadas con relativa facilidad por el Gobierno de la República, que encarceló a los sublevados. El día 12 de octubre Madrid recobró la normalidad. ​  En Asturias.- será extremamente más violenta Los mineros disponían de armas y dinamita y la revolución estaba muy bien organizada. Se proclama en Gijón la República Socialista Asturiana y se ataca en primera fase a los puestos de la Guardia Civil, asaltando los 95 cuarteles existentes en la Región los revolucionarios se dirigían a los defensores de los cuarteles en primer lugar conminándoles a la rendición para posteriormente proceder al asalto. Los inicialmente mal armados grupos de revolucionarios se apoderaron de los principales cuarteles de las zonas más industrializadas haciendo uso indiscriminado de la dinamita.

                Entre los muchos  protagonistas de estos hechos, y acciones de resistencia y cumplimiento del deber hasta el sacrificio de la misma vida por parte  de componentes de la GC  y entre ellos el de su capitán del capitán José Alonso Nart[1] desde Sama.

                Por otro lado tenemos la historia antagonista  el Teniente  GABRIEL TORRENS LLOMPART nació  en 1905 en lucmajor, donde estaba destinado su padre Guardia Civil; cuando tenía 13 años lo destinaron a Algaida, pero siguió estudiando el bachillerato en Llucmajor y con una gran vocación militar debido la tradición familiar , estudio en Infanta María Teresa, permaneciendo solo un año en dicho Colegio  y que debido a la mala salud,  tuvo que retornar a Mallorca,  se preparó para la carrera militar en la academia que tenía en Palma el general Gabriel Riera.

                 En 1922, ingresó en la Academia de infantería de Toledo;  siendo el primer destinado un año en Gerona,  donde estaba su pariente el Obispo Llompart,  por influencia de un capitán de la Legión, siendo ya teniente, se incorporó a la I Bandera de Melilla, donde permaneció 4 años,  con la llegada de la República fue encargado de controlar una insubordinación de la V bandera, motivada porque la tropa no cobraba a tiempo y tenía prohibido jugar a las cartas, con tan buen resultado que le nombraron juez de la Legión, cansado de la actividad burocrática, pidió el traslado al Batallón Ciclista de Palencia y ansioso de más acción se trasladó en enero de 1934, como jefe de línea al puesto de guardias civiles de Ujo, que dependía del mando del capitán Nart desde Sama.

                 Siendo  el teniente responsable del cuartel de la Guardia Civil de Ujo, el 05 de octubre de 1934,  quien tras rendir su posición sin prestar resistencia. No tomo ninguna medida para salvar su honor, deja por completo la iniciativa a sus hombres (12) en total. Teniendo en cuenta que no es ningún novato en el arte de la guerra, nueve años de oficial, mas de la mitad en Marruecos, donde presto sus servicios en la Legión (unidad de choque).  El pretexto fue el tiro que recibió en la boca el guardia Florencio Morón, y los gritos de una mujer embarazada y se disponía a dar a luz, abrió la puerta a los milicianos, convenciendo a sus hombres de la inutilidad de resistirse. De “hombre razonable” fue calificado por Arturo Vázquez[2] . Según la declaración del Torrens  los hechos ocurrieron según su manifestación para justificar su comportamiento, muy lejos de la de sus compañeros de la Institución el capitán Alonso Nart, o de sus subordinados de Murias y Santullano, y los 111 GC abatidos y 182 heridos que sacrificaron su vida, o cayeron heridos o  prisionero luchando hasta el último momento, que se quedaron sin medios demostrando arrojo y lo que sus sentido del deber, honor y disciplina les dictaba, hasta la última bala se disparó, la mayoría de los cuarteles del extrarradio no se entregaron.  Colaboró con el comité de Mieres. En la instrucción de los Penal Militar que se le instruyo, manifestó el día del juicio. Sometido a reconocimiento psicriático[3].

                 Cuando los mineros se levantaron contra el Gobierno, asediaron el cuartel, y en unos momentos de confusión, en que yo dejé salir un guardia civil herido, no sé cómo, porque yo había puesto el cerrojo, los mineros entraron y se apoderaron del cuartel. La resistencia hubiera sido inútil, ya que el cuartel estaba a una vertiente y con la dinamita nos podían volar a todos. Pensad que dentro del cuartel estaban todas las familias de los guardias, mujeres, hijos, etc. Cuando estaba prisionero, sentí que tenían acosado otro cuartel y yo me ofrecí para hacer de intermediario, mi postura era totalmente humanitaria, mi idea era salvar el máximo posible de vidas".

                No conforme con no cumplir la consigna como Guardia Civil, se unió a los insurrectos como un precioso colaborador" y "asesor técnico", aunque nunca se le dio mando directo por su condición de guardia civil, pero si aceptaron sin dudar sus conocimientos militares para emplazar los cañones, reparar una ametralladora estropeada, como confirmaron varios testigos en el juicio a que fue sometido cuando todo acabó y las posiciones obreras en el frente de Campomanes. Y la última reunión plenaria del Comité Revolucionario celebrado en Mieres donde se tomó el acuerdo de rendición. Según contó Manuel Grossi, Gabriel Torrens. Participó junto a los revolucionarios con tanto ánimo que incluso se ofreció voluntariamente para obteniendo su confianza hasta el punto de que el día 18 actuó como intermediario llevando hasta Oviedo al líder socialista Belarmino Tomás,  para que firmase una paz honrosa con el general de la República López Ochoa[4].

                Tuvo la oportunidad de huir  sin problemas, pero rechazó la invitación de Belarmino Tomás para que escapase con él y le dijo que quería responder de sus actos presentándose ante la autoridad militar, asumiendo los riesgos que entrañaba esta decisión: al llegar al cuartel salvó su vida de milagro porque el teniente coronel Molina impidió que fuese fusilado inmediatamente y lo presentó al general López Ochoa, quien lo envió a la cárcel de Oviedo. La prensa que siguió su proceso por traición y rebeldía informó que cuando le tocó subir al estrado había estado muy nervioso y su declaración tuvo que interrumpirse para que se tranquilizase.  Su inclinación hacia el comunismo llegó más tarde.

                Juzgado y Condenado, Causa núm. 209/1934, instruida por el Juzgado Militar núm. 1 Oviedo, contra el Teniente de la Guardia Civil Gabriel Torrens Llompart, jefe de línea de Ujo (Oviedo). Por rebelión militar y contra el honor militar, durante el movimiento revolucionario de 1934  coincidió en el Castillo de San Julián en Cartagena, con el comandante Enrique Pérez Farrás, jefe de los Mossos d´Esquadra de la Generalidad y con el teniente de la Guardia Civil Fernando Condés Romero, quién posteriormente sería uno de los ejecutores de Calvo Sotelo. Gabriel Torrens Llompart se afilió al Partido Comunista en 1936  tras la  la amnistía, firmado por Niceto Alcalá Zamora y Torres, presidente de la República, el 21 de febrero de 1936,  Cuando el Frente Popular ganó las elecciones y se promulgó la amnistía para los presos de octubre, Torrens siguió en prisión y el 1 de marzo de 1936 solicitó su libertad. No se la concedieron hasta el mes de agosto y dejó la celda con la guerra ya extendida por el país. Se incorporó al frente defendiendo a la República, después de afiliarse al Partido Comunista en 1936 porque, según dijo, los comunistas luchaban con más conciencia que todos los demás.  "Fue ascendido  a Comandante en los primeros meses de la guerra luchó en el frente de Granada con una columna de noventa hombres de esta ideología.  Y después  a Valencia, donde los destinarían a mandar la Guardia Municipal de Madrid, donde fue Jefe del Estado Mayor de la Primera División de Asalto y fundó en 1937 la revista "El Agente Urbano", hasta que la derrota el 28 de marzo de 1939, no se le concedió pasaporte solicito para huir de España, por lo que tuvo que sufrir otra vez otra condena de muerte y otro indulto. Lo llevó a las cárceles de Miraflores, Segovia y Ocaña. Después, gracias a la ayuda de antiguos amigos militares y de la Legión, pudo volver a cambiar su tercera condena a muerte por la de treinta años de prisión, que se redujeron a siete. 

                 Al salir en libertad, en 1946, dio clases de inglés y francés en Mallorca y volvió a organizar en la isla el Partido Comunista, editando "Mundo Obrero". Cuando notó que iba a ser detenido nuevamente huyó hasta París donde otros compañeros en su misma situación le aconsejaron que buscase trabajo al margen del Partido, de modo que empezó a hacer trabajos de mantenimiento en la Universidad Libre de Europa, mientras su mujer estaba empleada en el servicio doméstico; después trabajó como traductor; de recepcionista en un hotel; pasó temporadas desempleado y vivió el "Mayo del 68" intensamente desde uno de sus puntos neurálgicos, como camarero y vigilante de la Universidad de Censier. Volvió a Palma en 1973, En el momento de aquella entrevista, con 89  años y hacía muy poco que su mujer había fallecido. Seguramente se daba cuenta de que cada vez estaba más cerca de la última e inapelable sentencia del tiempo y por eso confesaba que la soledad le aterraba más que las tres penas de muerte de las que ya se había librado Las listas del Partido Comunista de los Pueblos de España, que se presentó por Mallorca en 1991. Murió siendo comunista militante y colaborando activamente con varias asociaciones y ONG.

HISTORIA.-

                En Asturias.- será extremamente más violenta Los mineros disponían de armas y dinamita y la revolución estaba muy bien organizada. Se proclama en Gijón la República Socialista Asturiana y se ataca en primera fase a los puestos de la Guardia Civil, asaltando los 95 cuarteles existentes en la Región los revolucionarios se dirigían a los defensores de los cuarteles en primer lugar conminándoles a la rendición para posteriormente proceder al asalto. Los inicialmente mal armados grupos de revolucionarios se apoderaron de los principales cuarteles de las zonas más industrializadas haciendo uso indiscriminado de la dinamita. Esta fase de la revolución concluyó con el dominio de un tercio de la geografía asturiana, el área que concentraba las cuatro quintas partes de la población, dejando los cuarteles de las zonas rurales que tras el dominio de la capital serían más fáciles de controlar. Era en Oviedo donde se concentraban la mayor parte de las fuerzas gubernamentales. Las iglesias, los ayuntamientos, etc., estando a los tres días casi toda Asturias en manos de los mineros, incluidas las fábricas de armas de Trubia y La Vega. A los diez días, unos 30 000 trabajadores forman el Ejército Rojo Asturiano. Hubo actos de pillaje y violencia no achacables a la organización revolucionaria.  Los mineros asturianos cumplieron su palabra iniciando una revolución en la que se habían comprometido junto a otros núcleos industriales de España y que acabaron manteniendo en solitario. Nunca hubo unas jornadas tan intensas tanto por la actividad militar como política, hasta el punto de que durante quince días el centro de esta región funcionó a todos los efectos como una república socialista.

                Según las cifras oficiales dadas por la Dirección General de Seguridad a principios de 1935 el número total de víctimas, fue de 1335 muertos y 2951 heridos.  Los fallecidos se distribuían así: 1051  un estudio por el Servicio Histórico de la GC numero de victimas entres las fuerzas de seguridad en toda España son 321 111 de la Guardia Civil (100 en el informe de 1935); Ejército, 129 (98 en el informe de 1935); Carabineros, 11 (16 en el informe de 1935); Cuerpo de Seguridad y Asalto, 70 (la misma cifra que la del informe de 1935). 

                La derrota revolucionaria se consumó con la entrada en liza de las tropas coloniales procedentes de África. Solo la llegada del general Yagüe con las tropas marroquíes logró mejorara las posiciones de las tropas de López Ochoa paralizadas por la fuerte resistencia encontrada en Oviedo y la lucha revolucionaria no cesó definitivamente hasta el día 18. Para entonces el despliegue de tropas de ejército en Asturias era impresionante:

                 El día 20 había más de 26.000 hombres concentrados en Asturias. Había tropas de los regimientos de Infantería números 3, 12, 14, 24, 29, 32, 35 y 36; el regimiento de campaña nº8; el batallón de Zapadores nº7 y una compañía del nº8; el batallón de Cazadores de África nº8; las banderas 3ª, 5ª y 6ª del Tercio; dos tabores de Regulares indígenas; regimiento de Caballería nº2 y tres escuadrones más de Caballería de los regimientos 5 y 6; una sección de ametralladoras nº6; batería del regimiento de Artillería de montaña nº2, un batallón del nº7 y una batería del 14 ligero; Parque de Municiones sección montada de Intendencia, sección de evacuación militar y transmisiones; batallón ciclista; numerosas compañías de guardias de Asalto –una de gases lacrimógenos- y de la Guardia Civil –de 3000 a 5000 hombres-El mismo día en que se restableció la circulación ferroviaria con Castilla, entraron en Asturias 45 trenes militares…”

Personajes destacados de aquellos días.-

Presidente de Gobierno de la II Republica.-

  1. Valeriano Orobón Fernánez (La Cistérniga, Valladolid, 14 de abril de 1901 - Madrid, 28 de junio de 1936)
  2. Indalecio Prieto Tuero (Oviedo, 30 de abril de 1883-Ciudad de México, 12 de febrero de 1962) fue un político español del Partido Socialista Obrero Español(PSOE).
  3. Belarmino Tomás Álvarez (Tueya, Llavandera, Gijón, Asturias, el 29 de abril de 1892 - México, 14 de septiembre de 1950) fue un destacado sindicalistay político socialista español. 
  4. Ramón González Peña (Las Regueras, 11 de julio de 1888-Ciudad de México, 27 de julio de 1952) fue un minero, sindicalista y político españolmiembro del PSOE.
  5. Javier Bueno Bueno (Madrid, 1891-Madrid, 26 de septiembre de 1939) fue un periodista y activo militante socialistaespañol, que desarrolló buena parte de su labor entre Asturias y Madrid. Entre 1931 y 1937 fue director del diario socialista asturiano Avance que jugó un importante papel en el proceso que condujo a la
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  6. Diego Hidalgo y Durán (Los Santos de Maimona, 1886-Madrid, 1961) fue un notario y político español, que fue nombrado ministro de la Guerra durante la Segunda República.
  7. General Franco.
  8. Eduardo López de Ochoa y Portuondo (Barcelona, 31 de enero de 1877- Madrid, 17 de agosto de 1936) fue un militar español, general de división del Ejército de Tierra. Colaborador de Miguel Primo de Rivera, durante la República, el gobierno le encargó reprimir la Revolución de 1934 en Asturias. Al iniciarse la Guerra Civil, convalecía en un hospital militar de Carabanchel en Madrid, lo que no impidió que fuera asesinado y su cadáver decapitado. Los milicianos clavaron su cabeza en una pica y la exhibieron por las calles de la capital.
  9. Lisardo Doval Bravo (La Coruña, 1888 - Madrid, 15 de octubre de 1975) fue un militar españoly oficial de la Guardia Civil en la que llegó a alcanzar el grado de general. Fue muy conocido por ser uno de los principales responsables de la represión de la Revolución de Asturias de 1934
  10. Juan Yagüe Blanco(San Leonardo de Yagüe, 9 de noviembre de 1891 [2]​-Burgos, 21 de octubre de 1952) [3]​ fue un militarespañol, conocido por pertenecer al grupo de los llamados africanistas.[4]​ Formó parte del cuerpo de la Legión durante la guerra del Rif y durante la sublevación de Asturias en 1934

BIBLIOGRAFIA.-

Servicio Histórico de la Guardia Civil.- La Guardia Civil Roja Octubre de 1934. De Francisco

. Aguado Sánchez.

Libro de Honor .-Fallecidos de la GC en acto de servicio desde su fundación, en 1844.

FUENTE: ERNESTO BURGOS-HISTORIADOR. Publicado por La Nueva España el 16-05-2017. 

Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte.

[1] En este asalto de más de 2000 milicianos socialistas a las órdenes de Belarmino Tomás al cuartel de la Guardia Civil de Sama de Langreo, muriendo prácticamente los 80 guardias civiles y guardias de asalto que lo defendían, incluido el capitán Nart, que recibió a título póstumo la Cruz Laureada de San Fernando, por la defensa desesperada, sin descanso y sin esperanza del cuartel de Sama (Langreo a 20 km de Oviedo) durante treinta y seis interminables horas.

[2] Figura destacada y no por ello menos importante: la del Sargento de Infantería D. Diego Vázquez Carballo, que apoyó desde un primer momento a los revolucionarios, intentó convencer a sus compañeros de armas del Cuartel del Milán Nº 3 de Oviedo para que se unieran a la Revolución, y al no conseguirlo, se unió a los revolucionarios. El comité revolucionario le pone al frente de un Batallón de 500 mineros procedente de Mieres y asalta el Cuartel de las Pelayas (llamado así pues en él había un antiguo convento de la citada orden religiosa) y por lo que una vez terminada la insurrección, sería juzgado en un Consejo de Guerra sumarísimo celebrado en 1935, condenado a muerte y fusilado al día siguiente. De hecho fue el único participante en la Revolución de 1934 que fue oficialmente condenado a la pena capital. 

[3] Pedro González-Quirós, quien era entonces el especialista en conducta más prestigioso de Asturias; trabajaba como jefe clínico del Manicomio Provincial desde 1931, responsable de la Clínica San Rafael en La Corredoria. El examen pericial se hizo en el cuartel donde estaba el detenido y en una conclusión de cuatro páginas Pedro González-Quirós definió al teniente como "un individuo superficial con una constitución claramente esquizoide, con particularidades de nerviosismo y susceptibilidad que alterna con periodos de docilidad y dulzura”. El informe señaló que después de conversar con él se deducía que a lo largo de la vida del teniente habían sido frecuentes los episodios con rasgos temperamentales aparentemente absurdos que le hacían pasar bruscamente de una amabilidad extrema a una frialdad glacial y fue precisamente esa "sensibilidad exquisita" la que le había movido a actuar en favor de los prisioneros olvidándose quizá en algunos momentos de su condición de militar. Para el psiquiatra, Torrens era un individuo con un carácter y una constitución física que le hacían estar predispuesto a sufrir una enfermedad mental grave y de ser encarcelado podría sufrir una "psicosis de detención" con graves consecuencias. El documento original de Pedro González-Quirós se conserva en el Archivo Histórico Nacional entre los más de 400 folios que documentan su causa. 

[4] 18 DE OCTUBRE DE 1934. Mientras López Ochoa se dispone a poner en marcha un plan para conquistar las cuencas mineras, el Comité Revolucionario decide negociar la rendición. El teniente de la Guardia Civil Torrens, que ha colaborado con los revolucionarios, sale de Sama para entrevistarse con el general en jefe. López Ochoa le recibe y Torrens expone que los insurrectos están dispuestos a deponer las armas y que inquieren condiciones. Torrens viaja a Sama y regresa a Oviedo con una contrapropuesta del comité. Después de una nueva entrevista con López Ochoa regresa otra vez a la cuenca minera a recoger a Belarmino Tomás. Este llega a Oviedo, se entrevista con el general en jefe y acuerdan unas condiciones para la rendición: básicamente, que las tropas mercenarias -Legión y Regulares- no entren en vanguardia en las cuencas. Belarmino regresa a Sama y expone la situación a la multitud desde el balcón del Ayuntamiento. Tras unos momentos de fuerte tensión, la rendición es asumida. Los dirigentes revolucionarios inician la huida. Mañana se producirá la entrada del Ejército en los valles mineros. La Revolución, iniciada el día 5 de octubre, ha concluido