El 2 de octubre de 1907, mediante Real Orden Circular, se establecen una serie de normas encaminadas a exigir a las autoridades gubernativas un mayor y riguroso control de las licencias expedidas, así como de las armas, a fin de disminuir los índices de criminalidad.
Concretamente, se encomendaba a la Guardia Civil ciertas facultades en el control nominal de cuantas personas residentes en sus respectivas demarcaciones poseían licencias de armas para que pudieran ser confirmadas o, por el contrario, se declararan caducadas las que se hubieren expedido sin previo informe del Cuerpo y se hallaran en poder de quienes no ofrecieran suficientes garantías. Además, se prohibía expresamente la expedición de nueva licencia de uso de armas sin el previo informe de la Guardia Civil, exigiendo a sus miembros la vigilancia del cumplimiento de estas prescripciones y la persecución de quienes usaran armas prohibidas.
Desde su creación en 1844, la Guardia Civil ha tenido como misión especial velar por las personas y propiedades, por el cumplimiento exacto de las Leyes y por la rigurosa observancia de las disposiciones de carácter general y, entre otras misiones, la de evitar el tráfico y tenencia clandestina de armas. De hecho, la propia Cartilla del Guardia Civil, aprobada en 1845, establecía que sus miembros “vigilarán que nadie ande con armas por los caminos, despoblados ni otra parte alguna, sin la correspondiente licencia para usarlas”. En el capítulo IX del primer Reglamento para el Servicio se daban instrucciones sobre el proceder de los guardias civiles en el control de la documentación de las armas y explosivos.
La Orden Ministerial de 28 de noviembre de 1977, por el que se desarrolla el artículo 4 del Real Decreto 1316/77, encomienda a la Guardia Civil el control de las armas y explosivos a partir del 1 de enero de 1978. En la actualidad, la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en su artículo 12, establece que la Guardia Civil tiene la competencia exclusiva en las materias derivadas de la legislación sobre de armas y explosivos.
La sensibilidad de la materia y las constantes transformaciones administrativas, económicas y técnicas que se han producido han dado lugar a una serie de adaptaciones para el mejor desarrollo del servicio por parte de la Guardia Civil, fruto de las cuales se creó en julio de 1986 la especialidad de Intervención de Armas y Explosivos.