El 20 de abril de 1997, Eva Blanco Puig, de 17 años, fue agredida sexualmente y asesinada en las proximidades del municipio de Algete (Madrid).
Los hechos conmocionaron a un país entero donde la colaboración ciudadana y el empleo de las nuevas técnicas de investigación fueron fundamentales para el éxito de las investigaciones.
Durante los más de 18 años que duraron las pesquisas se llevaron a cabo múltiples líneas de investigación, además de recogerse más de 200 muestras de ADN.
En concreto, el empleo de una nueva técnica basada en el estudio del ADN que permite identificar los rasgos físicos de una persona (color de ojos, pelo, tez) y su origen biogeográfico, permitió estrechar el cerco sobre el presunto autor, que fue identificado con esta nueva técnica como un individuo de origen norteafricano y proceder a su localización y detención el 1 de octubre del año 2015, gracias a la cooperación policial internacional.
La incesante labor que los investigadores mostraron en este caso es un fiel reflejo de los valores propios de la Guardia Civil, como el sacrificio, abnegación y espíritu benemérito.