A esos Compañeros muertos desearles que se haya cumplido aquello que se canta en los homenajes a los caídos en el cumplimiento del deber y que muchos creemos, LA MUERTE NO ES FINAL.
I
Siempre pensé y así me formaron, simplificando, que la Historia con mayúsculas tenia la finalidad de que conozcamos nuestros propios orígenes, pasado y circunstancias cuyo devenir viniese a explicar nuestro momento y estudiada desde un prisma netamente científico ayudase como ciencia social a entender y encauzar ese momento histórico que nos ha tocado vivir y que en un futuro también formará parte de esa Ciencia.
Obviamente y como toda Ciencia, la Historia servirá al cuerpo social como experiencia de sus aciertos y errores y futura posible corrección de lo no deseado, tanto desde un punto de vista empírico como analítico.
Una vez expuesto lo anterior podemos colegir fácilmente de donde parte el conocido y casi popular aforismo de que “aquellos pueblos que olvidan o ignoran su historia esta condenados a repetirla”.
Al modesto entender de quien esto escribe otra importante función de esta de esta apasionante Ciencia es la de hacer justicia respecto de aquellas, personas, grupos sociales, Instituciones y cualesquiera otra circunstancia que por una u otra razón fueron protagonistas o participes de aquellos hechos, decisiones o acciones que vinieron a determinar el iter que al final determino el resultado histórico. Decimos justicia en el mas puro sentido filosófico del Derecho, es decir, equidad en cuanto al tratamiento de la investigación y resultado del relato, pues si este no es equitativo, raramente podríamos hablar de justicia y ello, tanto por investigaciones y relatos sesgados como por el olvido u ocultación de hechos.
Por todo lo dicho debemos llegar al convencimiento de que si en cualquier relato histórico no se utiliza la asepsia ideológica, la investigación exhaustiva y probatoria en la mayor medida posible, la equidad mas absoluta y la honestidad en lo que pueda verterse de juicios de valor o críticos podríamos asegurar, sin temor a equivocarnos, que eso no seria Historia. Mas bien podría ir desde el puro panfleto a la labor propagandística de ideas o fines determinados y en ambos casos de una extrema nocividad para la sociedad a la que fuera dirigido.
II
He querido hacer esta exposición previa por que, precisamente, voy a verter cierta critica sobre el enfoque que se viene dando en la mayor parte de los casos a unos desgraciados sucesos que marcaron parte de nuestra historia contemporánea, los conocidos popularmente como los sucesos de Casas Viejas ocurridos hace ahora noventa años durante el conocido como “Bienio Azañista” de la Segunda República Española.
Rios de tinta han corrido desde aquellos trágicos días del 10 al 12 de enero de 1933 siempre o casi siempre haciendo referencia a la desde luego indiscutible e indiscutida execrable actuación llevada a cabo en la aldea por les Fuerzas del, entonces existente y creado por el Gobierno Republicano, Cuerpo de Seguridad y Asalto que al mando del Capitán Rojas Feijespán protagonizó los hechos.
El Cuerpo de Seguridad y Asalto ya desde una concepción jurídica era una extraña combinación que no podía denominarse Policía ni aun Policía Militarizada al estilo de lo que en Derecho Comparado podemos denominar Policía Militarizada del tipo de las existentes en Europa como, por ejemplo, la Gendarmeria Francesa, los Carabinieri Italianos o nuestra Benemérita Guardia Civil ya que este Cuerpo a nivel legal tenia carácter civil y extrañamente era mandado y dirigido por Militares de las Fuerzas Armadas (entonces Ejercito) que obviamente carecían de preparación policial alguna y en consecuencia actuaban con métodos mas propios de una guerra que del control policial del orden público que en todo Estado de Derecho corresponde a los Cuerpos Policiales (hoy Fuerzas y Cuerpos de Seguridad), misión para la que están preparados, entrenados y dotados, cuestión esta ultima que hace impensable sucesos como el que tristemente se rememora por esta fechas.
No es en absoluto la intención de este Artículo extenderse sobre lo hechos históricos salvo en una parte, parte que atañe al recuerdo y justicia para los que también fueron victimas salvajemente asesinadas y heridas, los guardias civiles del modestisimo Puesto que la Guardia Civil tenia jurisdiccionalmente establecido en Casas Viejas.
El estallido violento y la sublevación contra el orden Constitucionalmente establecido que en la madrugada de aquel 11 de Enero de 1933 se dio en Casas Viejas, al declarar un nutrido grupo de campesinos armados el Comunismo Libertario, en la creencia cierta de que se sumaban a un golpe de estado que venia gestando el anarquismo, produjo que se atacase por una masa descontrolada y armada el minúsculo Cuartel servido por un Sargento y tres Guardias que ni siquiera habían intervenido aun, al producirse la revuelta por sorpresa, contra la misma. Ello produjo el autentico asesinato del Sargento D. Manuel García Alvarez y del guardia civil D. Román García Chuecos.
Los otros dos guardias civiles resistieron hasta la llegada de los primeros auxilios heridos los dos, eran D, Pedro Salvo Pérez y D. Manuel García Rodríguez, sus familias derribando el tabique que separaba el Cuartel del edificio colindante se habían escondido allí aterrados viendo como mataban a sus esposos y padres.
Estoy claramente por que se recuerde y honre a las victimas de Casas Viejas pero en aras de la HISTORIA JUSTA a la que al principio aludía, solo pido que se honre igualmente a esos hombres valientes horados e inocentes que fueron tan vilmente asesinados y heridos, al menos, como las victimas posteriores y con ello se haga justicia, pura JUSTICIA HISTÓRICA.
CONCLUSIÓN
Solo quiero terminar suscribiendo aquello que se estudia o al menos se estudiaba en Filosofía del Derecho, referido al aserto Aristotélico de que donde no hay equidad no puede haber justicia y yo pido simplemente equidad histórica para poder sentirme orgulloso como ciudadano español de una HISTORIA JUSTA.
A esos Compañeros muertos desearles que se haya cumplido aquello que se canta en los homenajes a los caídos en el cumplimiento del deber y que muchos creemos, LA MUERTE NO ES FINAL.
VÍCTOR MANUEL COMENDADOR GARCÍA
Máster Especialista en Derecho Penal por CEIJ
Diplomado en Criminologia por UCM
Funcionario de Carrera de Policía Local, Intendente Mayor Jefe de la Policía Local de Jerez de la Frontera
Miembro de la Asociación Española de Militares Escritores
Jubilado