El coronel Pérez de los Cobos dejará la comandancia de Madrid a finales de año, lo hará, según sus propias palabras "con la cabeza alta y la conciencia tranquila".
Antes de que eso suceda, el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, ha querido dejar constancia de lo que, para él, ha supuesto su paso por la Institución, y para ello ha elegido el día en que se celebra la festividad de la Patrona del Cuerpo, en la sede de la Comandancia, en Tres Cantos, con un emotivo discurso, que recibió el aplauso de los presentes.
ALOCUCIÓN COMPLETA DEL CORONEL PEREZ DE LOS COBOS:
"Sra. Subdelegada del Gobierno en Madrid, Sr. Alcalde de Tres Cantos, mis generales, autoridades, guardias civiles, señoras y señores:
Nos reunimos hoy, 12 de octubre, en Tres Cantos para celebrar la festividad de Nuestra Señora la Virgen del Pilar, Patrona de la Guardia Civil. Y lo hacemos, como es tradición en todos los acuartelamientos de la Guardia Civil, en un acto que reúne a las instituciones, a los ciudadanos y, naturalmente, a la familia de la Guardia Civil.
Y, créanme, no encuentro una forma mejor de celebración para un Cuerpo, el de la Guardia Civil, cuya razón de ser es el servicio a la sociedad.
Nos reunimos con las instituciones, con las que trabajamos a diario mano a mano, con mutua lealtad y colaboración, en la tarea compartida del servicio a los demás.
Nos reunimos con los ciudadanos, con el pueblo, del que los guardias civiles somos y nos sentimos parte, con el que trabajamos y para el que trabajamos, procurando siempre vivir pegados a los problemas de los españoles e inmersos en la realidad de nuestros vecinos.
Porque desde la Guardia Civil tenemos muy claro que nuestra misión no es sólo cumplir y hacer cumplir las leyes; no nos conformamos con perseguir el delito, sabemos que nuestra obligación es estar cerca de los ciudadanos; que esa combinación de lucha contra el delito y ayuda al necesitado, que es SERVICIO con mayúsculas a los españoles, constituye la clave del éxito de la Guardia Civil. Y los ciudadanos también lo saben, lo valoran y lo reconocen.
Pero además de con las instituciones y con los ciudadanos, también nos reunimos con la familia de la Guardia Civil. Porque los guardias civiles tenemos muy arraigado el orgullo de pertenencia a nuestra institución, y por eso, porque estamos acostumbrados a trabajar y a sufrir juntos y en comunión con nuestros seres queridos, también juntos celebramos nuestra festividad, la Virgen del Pilar, nuestra Patrona.
Por ello quisiera, en primer lugar, felicitar en este día a todos los guardias civiles y pediros que trasladéis mi felicitación, y también mi gratitud, a vuestras familias por su comprensión, su generosidad y su sacrificio de cada día. Son ellos con sus renuncias cotidianas los que hacen posible vuestro trabajo y dedicación al servicio de todos nuestros compatriotas.
Quiero también agradecer a la Subdelegada del Gobierno que haya tenido la deferencia de compartir esta mañana con nosotros y copresidir este acto; gracias al Ayuntamiento de Tres Cantos, con su Alcalde a la cabeza, por el inestimable apoyo que nos ha prestado para su celebración. Sé que vuestra presencia hoy aquí es una muestra de afecto hacia la Guardia Civil y, sobre todo, un compromiso de colaboración y apoyo.
Debemos recordar hoy también con especial emoción a los guardias civiles que han dado su vida en acto de servicio, en defensa de España y de nuestra libertad. Quiero tener un recuerdo muy especial para el guardia civil de esta Comandancia José Antonio Rosa Alcocer, fallecido el pasado 26 de abril en un desgraciado accidente cuando practicaba un registro en una nave industrial de San Agustín de Guadalix. Vaya para ellos nuestra oración y nuestro homenaje más sentido. Les honramos por su sacrificio y prometemos mantenerlos en nuestra memoria como ejemplo de entrega y lealtad, como estímulo de máxima exigencia profesional.
Quiero también felicitar a quienes han sido distinguidos en el día de hoy con una condecoración, un reconocimiento o un diploma. Lo han sido porque lo han merecido. Me gustaría que entiendan estas recompensas como una muestra de reconocimiento y también de agradecimiento por su trabajo.
Y permítanme que finalice con una reflexión personal. Personalmente, hoy es para mí un día muy especial por ser la última vez que, como Jefe de la Comandancia de Madrid, tengo el honor y la satisfacción de compartir con ustedes esta celebración.
Hace exactamente 6 años y medio, el 12 de abril de 2018, tomaba posesión en la Plaza del Ayuntamiento de este municipio del cargo de Jefe de la Comandancia de Madrid. En mi discurso de aquél día, pronunciado inmediatamente después de jurar mi cargo, afirmé que “No tengo más norte que el servicio a España y a nuestros ciudadanos desde el más estricto cumplimiento de la legalidad” y adquirí públicamente el siguiente compromiso: “cultivar y exigir los valores que han sido seña de identidad de esta benemérita institución: el honor, la disciplina, el espíritu de sacrificio y la lealtad”.
En aquél momento, como a lo largo de toda mi carrera, he tenido siempre presente la fórmula del juramento que presté a la bandera hace ya 42 años en la Academia General Militar: “Obedecer y respetar al Rey, defender la soberanía e independencia de la Patria, su unidad, su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”.
Pues bien, aunque debo reconocer que -por causas ajenas a mi voluntad- este intermitente mandato de la Comandancia de Madrid ha sido bastante más convulso de lo que inicialmente podía intuir, sí creo poder afirmar sin falsa modestia que me marcho con la convicción de haber sido fiel a aquellos compromisos adquiridos: fiel al cumplimiento de la legalidad, a la defensa de nuestra constitución, de la unidad y la integridad territorial de la Patria, leal con mis subordinados, y disciplinado en lo que la verdadera disciplina –tan alejada de la sumisión y el servilismo- puede y debe abarcar. En definitiva, me marcho con la cabeza alta, con la conciencia tranquila y con la más alta recompensa que puede atesorar un militar, la mirada de los hombres y mujeres que ha tenido bajo su mando.
Por eso me gustaría que mis últimas palabras fueran para ellos, los verdaderos protagonistas de esta celebración: los guardias civiles de la Comandancia de Madrid. Quiero, además de felicitarles en este día, transmitirles un mensaje muy breve, solo cinco palabras que resumen perfectamente el sentimiento de su coronel en su última intervención pública como Jefe de la Comandancia:
Señores, MUCHAS GRACIAS, MISIÓN CUMPLIDA".