Estamos en la era de la tecnología, y cualquier aspecto de nuestra vida, pasa por las redes sociales, y es que aunque nos creamos muy modernos, no dejamos de ser “la vieja del visillo”.
Un video se ha hecho viral en las últimas horas, en este vídeo se ve, en Rincón de la Victoria (Málaga), como un hombre en actitud muy agresiva, persigue cuchillo en mano a una agente de la Guardia Civil, que le conmina, una y otra vez, a que deponga su actitud.
La agente es una joven guardia civil en prácticas, de 24 años, el hombre un delincuente con antecedentes de violencia de género, con una orden de alejamiento en vigor y una orden de entrada en prisión, una joya, los agentes acudían a la llamada de una mujer, la del agresor, de la que tenía además orden de alejamiento.
En el vídeo se puede ver a Manuel, el delincuente, persiguiendo a la joven guardia civil durante más de diez metros, mientras esta retrocedía, para que no se acercase a menos de siete metros, mientras el agresor, intentaba claramente agredir a la agente.
Es tan difícil hacer que algunos entiendan que tan guardias civiles son las mujeres como los hombres del Cuerpo, tantos arrestos, por decirlo suavemente, tienen nuestros hombres como nuestras mujeres, a todos se les exige que mantengan la prudencia, la paciencia, el control en situaciones extremas, la misma responsabilidad que supone llevar un arma, que difícil es hacer que entiendan algunos, y algunas, que en un binomio, lo que siempre hemos conocido como “la pareja”, independientemente de la condición sexual de sus integrantes, hombres o mujeres, se les exige la misma profesionalidad en sus actuaciones, ni más, ni menos, la misma, porque como se ha visto en el video de la actuación de Carolina, nuestra joven agente en prácticas, esta hizo lo que se le pedía, lo que siempre pedimos a los guardias civiles que estén cuando los necesitemos y que nos protejan de quienes nos quieren agredir de cualquier forma.
Hemos visto las advertencias de Carolina ante la agresividad de Manuel, y como para salvaguardar su propia integridad física, la agente realiza disparos primero de advertencia y después a zonas no vitales, tres de los cinco disparos que realizó Carolina los recibió el atacante en las piernas, y todo eso reculando, intentando que el agresor no se acercase a menos de siete metros.
Que importante es que nuestros agentes entiendan y conozcan la técnica de los siete metros. Una regla que suele ser practicada en el ámbito policial, en materias como tiro policial o técnicas y tácticas policiales. Esta regla también conocida como “Regla de Tueller”, en honor al sargento Dennis Tueller, del departamento de Policía de Salt Lake City, quien tras varios estudios determinó que el tiempo mínimo en el que el policía puede sacar su arma y disparar es de 1.5 segundos. En ese tiempo, una persona en estado de salud normal puede correr casi seis metros y medio.
Al normal de los mortales se nos dice que ante el ataque de cualquier agresor con un arma blanca, la mejor táctica es la de huir, algo que no vale para guardias civiles y policías, que evidentemente no entran en los cánones de lo normal, a ellos se les exige que nos defiendan de personas como Manuel, a ellos se les exige que no huyan, ni ante un agresor con un arma blanca ni con un arma de fuego, que decidan en 1,5 segundos como deben actuar y que lo hagan además en una situación de evidente riesgo para su propia vida, se les exige responsabilidad en el uso de las armas, y lo hacen, Carolina lo hizo.
Siete metros, 1,5 segundos, son los que se interponen entre la vida y la muerte de un agente ante la agresión de un delincuente con un arma blanca. Siete metros son los que mantuvo Carolina entre Manuel y ella misma.
Y al igual que se le pide profesionalidad, proporcionalidad, se les exige prudencia y contundencia para defendernos de los malos, Manuel lo era, y por eso Carolina, defendiéndose y defendiéndonos conminaba a Manuel a que depusiera su actitud, ¡¡Tírate al suelo!!, mientras el agresor se le acercaba con un cuchillo en la mano y la agente retrocedía, siete metros, los siete metros de la vida o de la muerte, "Se acabaron las tonterías”, "¡Tírate al suelo!, vuelve a gritarle Carolina a su agresor, después de disparar, "¡La próxima es en una zona vital!", vuelve a advertirle. No hizo falta, finalmente Manuel fue reducido por los compañeros de Carolina que llegaron en apoyo de los agentes y que que lograron que éste no se auto inmolase, como intentó.
Luego vendrán las críticas, que seguro que las habrá, pero hoy un delincuente peligroso duerme en prisión, una víctima duerme tranquila, gracias a que ellos, nuestros guardias civiles, siguen fieles a su Cartilla, nuestra Cartilla, y actúan "Siempre fieles a su deber y serenos en el peligro", en esta actuación además los agentes demostraron que su actuación se realizó "...con dignidad, prudencia y firmeza...", pero además Carolina y su compañero también hicieron gala de otros de los muchos valores y principios que se reflejan en la Cartilla del Guardia Civil, que son ejemplo ayer y hoy de las enseñanzas que nos dejó Ahumada, fueron "prudentes sin debilidad y firmes sin violencia...", y llevaron a la práctica una de las enseñanzas más importantes para todos los que forman y formamos parte del Cuerpo, "Procurará ser siempre un pronóstico feliz para el afligido, y que a su presentación el que se creía cercado de asesinos, se vea libre de ellos..." y nadie podrá negar que en este caso, "Sus primeras armas fueron la persuasión y la fuerza moral, recurriendo sólo a las que llevaban consigo, cuando se vieron ofendidos por otras y sus palabras no bastaron..."
A estas horas, a cualquier hora, nuestras Carolinas, nuestros guardias civiles, hombres o mujeres, saldrán de servicio, seguirán protegiéndonos de “Manueles”, que están dispuestos a agredirnos, jugándose para ello, si hiciese falta su propia vida, para que nosotros podamos seguir viviendo las nuestras.
Antonio Mancera Cárdenas
Director Tribuna Benemérita