El 1 de diciembre del año 2007, los guardias civiles Raúl Centeno Bayón y Fernando Trapero Blázquez, destinados en la Jefatura de Información y pertenecientes al Grupo de Apoyo Operativo, fueron víctimas de un brutal atentado de la banda terrorista ETA cuando prestaban servicio propio de su especialidad en la localidad francesa de Capbreton.
Aquella mañana, instantes después de acceder a su vehículo oficial tras salir de una cafetería del centro comercial “Leclerc”, de la localidad de Capbreton, fueron abordados por tres terroristas, miembros de ETA, quienes dispararon contra ellos.
A consecuencia de aquel atentado resultó muerto en el acto el guardia civil Centeno y herido de gravedad el guardia civil Trapero, que fallecería apenas cuatro días después, el día 5 de diciembre.
Tras diferentes operaciones antiterroristas de la Jefatura de Información en cooperación con la Policía francesa se detuvo a los responsables del atentado. Posteriormente, en el mes de abril del año 2013, se celebró el juicio en París contra los implicados en la participación en el atentado de Capbreton y se dictaron las sentencias oportunas inculpatorias.
En junio de 2015 se inauguró en las proximidades del lugar del atentado un monolito en homenaje a los dos guardias civiles asesinados por ETA. Desde que el 2007 los agentes del Grupo Operativo perdieron la vida, han sido constantes las visitas de sus compañeros y amigos para depositar flores en su recuerdo, contribuyendo dicho monolito a mantener viva su memoria.
La Guardia Civil, en su largo camino de servicio y dedicación a la sociedad, ha ido dejando la vida de muchos de sus miembros. Por eso cada día, al atardecer, después de arriar Bandera, suena el toque de oración, acto con el que se recuerda y se rinde homenaje a los que dieron su vida por la Patria.